El mítico Jean-Michel Jarre trae show 3D a Santiago de Chile
“Fue deslumbrante”. Con esa conclusión, la prensa canadiense sintetizó a mediados de mayo el paso de Jean-Michel Jarre por ese país, como parte de la primera gira por Norteamérica de toda su trayectoria.
En el desglose, las reseñas retrataban un montaje monopolizado por la tecnología visual de alto vuelo, un festín de estímulos y efectos, pero también un artista que no sucumbe ante la caricatura del creador robotizado y de laboratorio, sino que muy por el contrario, se acerca a su público y deja que un par de cámaras lo proyecten en las pantallas manipulando sus computadores y sintetizadores. Después de todo, es uno de los responsables de transportar el universo electrónico a las masas y los grandes recintos, de convertir las melodías para computadores en un suceso multiventas.
Bajo ese mismo derrotero inaugurado en 1976 con el álbum Oxygène, el compositor debutará el martes 14 de noviembre, a las 21.00 horas, en el Movistar Arena de Santiago, según confirma la productora Fenix Entertainment Group.
Las entradas salen a la venta este lunes 3 de julio y se pueden adquirir a través del sistema Puntoticket, con precios que van desde los $32.000 (no incluyen cargos por servicio). En los próximos días, los responsables informarán sobre el resto de las ubicaciones (por ejemplo, en cancha habrá sillas).
Más allá de los números, el espectáculo se perfila como uno de los más esperados de la temporada, debido al considerable culto que Jarre disfruta en el país desde los 70, cuando sus piezas ganaron terreno en la naciente FM de esos años, fueron utilizadas como cortinas en diversos programas televisivos y se escucharon con frecuencia en algunos de los más clásicos espacios de entretención ochenteros, como el Planetario, además de coincidir con toda una generación fascinada con la ciencia ficción y el futurismo.
Para ellos, el europeo trae una presentación que se abre con elaboradas proyecciones 3D, a través de rejas LED que se sobreponen y que luego se van abriendo, como un telón de luces que se va desplazando, para dejar al músico en el centro de la escena, rodeado por pianos electrónicos, sintetizadores y computadores. Eso sí, los recursos en 3D no necesitan de lentes especiales, al contrario del concierto de los alemanes Kraftwerk que pasó el año pasado por el país con el mismo formato. “Más que un escenario, Jarre queda arriba de algo parecido a una nave espacial”, apuntó el periódico Now, de Toronto.
Tras ello, luego de revelarse como un hechicero de las perillas en su propio metro cuadrado, el hombre de Equinoxe es secundado por sólo dos músicos, también concentrados en baterías digitales y sintetizadores. En la marcha del concierto -donde repasa lo más reconocido de su material, incluyendo sus últimos títulos- van pasando láseres, pirotecnia y recursos técnicos que intentan acercar la escena hacia otra galaxia, hacia esa travesía por el universo que siempre imaginó a través de una obra única e irrepetible.
fuente: latercera.com