Ser Actor, solo es un hermoso sueño
El teatro fue para mí la forma de vida que tome por opción. Esta profesión me permitiría ser todo lo que yo quisiera ser y tener. Aunque fuera solo por un instante.
Nadie en este oficio podría denunciarme por ejercicio ilegal de la profesión, como ocurre con otras profesiones.
El ser actor me da la facultad; al igual que James Bond, que tiene licencia para matar, el actor tiene licencia para ser y hacer lo que un texto le exija.
Desgraciadamente, la autoridad educacional permite que existan universidades que impartan esta carrera, pero la misma autoridad permite que cualquiera pueda adjudicarse el título de actor sin tener idea de quién es Konstantín Stanislavski (*).
Basta tener buena pinta, ser hijo “de”, a haber ganado un concurso de belleza. A estos seudos actores nadie los puede acusar de “ejercicio ilegal de la profesión”.
Lo lamento por los jóvenes que sueñan con llevar al escenario todo su talento, el que no quedará más que en eso, “un sueño”, para la gran mayoría.
Si lo miramos desde otra perspectiva, ingresar a las escuelas de teatro no es tan simple, la selección es un tema muy complicado en estos días, para llenar 30 cupos se presentan casi mil interesados, entonces los que logran un cupo son realmente los mejores (no siempre, también hay compromisos).
Estudiar teatro es tan caro como estudiar arquitectura o medicina, claro que con futuros bastante más halagüeños. Conozco varios actores que después de cuatro años de estudios terminaron manejando un taxi, fue el único proyecto que lograron ganar.
No solo hay que tener la capacidad para denunciar un problema. Hay que tener a lo menos una alternativa de propuesta para solucionarlo. Yo tengo dos.
1.- Se eliminan todas las escuelas de teatro, pues la experiencia indica que no son necesarias.
2.- Se legisle para que nadie pueda ejercer el rol de actor si no tiene la formación académica necesaria.
Conozco a algunos desubicados, que creen que ir al teatro es como hacerles un favor a los actores. El país, las regiones y las comunas deben valorar a sus artistas.
La única forma de hacerlo, es permitir que puedan vivir dignamente de su arte. Hoy muchos actores solo sobreviven. Solo tienen la esperanza de ganarse un proyecto una vez al año. La vida del actor no es un proyecto, es una opción de vida.
(*)Konstantín Stanislavski actor, director escénico y pedagogo teatral, creo el “método de las acciones físicas”, más conocido como “sistema Stanislavski”, este consiste en hacer que el actor experimente durante la actuación del rol emociones parecidas a las que experimenta el personaje interpretado; usando para ello ejercicios que estimulan tanto la imaginación, la capacidad de improvisación, la relajación muscular, entre otras condicionantes. Considerado, por mi y otros tantos como “el padre de la Dirección teatral”. (1863- 1938)
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